Como cualquier otro día de trabajo, el panadero Gerardo Caivano llegó al negocio en una camioneta, acompañado de su hijo de 15 años de edad. Cuando bajaba del vehículo, un grupo de delincuentes lo rodearon para tratar de asaltarlo. Sin embargo, forcejeó con uno de ellos y consiguió arrebatarle una pistola calibre 9 milímetros.
El panadero disparó contra el ladrón en repetidas ocasiones hasta que cayó al suelo fulminado. Dos cómplices huyeron en un auto rojo, donde los esperaba un conductor y escaparon a toda velocidad. Pero otro más de los asaltantes no tuvo la misma suerte, ya que los vecinos, al escuchar los disparos, lo interceptaron y lo tundieron a golpes sin clemencia ni compasión. Tanto el criminal abatido a balazos, como el que fue golpeado por los vecinos, eran menores de edad.
Los hechos ocurrieron en el distrito de La Matanza, en Buenos Aires, Argentina. Las autoridades declararon que no habría medidas restrictivas contra el comerciante, quien defendió su vida y su patrimonio.
“Hasta ahora el hecho está bajo investigación. No se considera un caso de legítima defensa, tampoco se considera lo contrario. La situación es confusa y se debe esclarecer”, comentó una fuente judicial del caso.
TE PUEDE INTERESAR: Chilpancingo: matan a 3 personas que comían en un restaurante (video)
Los testigos afirman que el panadero Gerardo bajó de su camioneta para enfrentar a los asaltantes, le arrebató el arma al tipo conocido como “Curly”, de 16 años de edad, quien murió. Dos más se escaparon junto a un tercero que los esperaba en un auto y otro, de 17 años, fue golpeado y arrestado por los ciudadanos.