Tras la orden de la CENACE y la CFE, durante los apagones que se sufrieron en la mitad del territorio nacional, la termoeléctrica de Salamanca estuvo operando alrededor de 11 días quemando combustóleo en dos de sus calderas para poder surtir de energía eléctrica la zona occidente del país.

Sin embargo, desde la madrugada del miércoles, vecinos de la zona cercana a la termoeléctrica notaron que no se escuchaba más el ruido de las calderas y que por la mañana ya no se veían las emanaciones de humo provenientes de las chimeneas.

Al ser cuestionados, los empleados de la termoeléctrica afirmaron que se apagaron las calderas y que ya no se está quemando el combustóleo.

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