En la playa de Glanleam, al suroeste de Irlanda, un hombre y su hija se encontraban recorriendo el lugar cuando vieron a una morsa descansando sobre una roca de la costa y que se encontraba en estado de agotamiento extremo.
Según Kevin Flannery, director del acuario ‘Dingle Oceanworld’, la morsa “se quedó dormida sobre un iceberg” que, como consecuencia del deshielo, se desprendió de un sector de Groenlandia y realizó un viaje de más de 2 mil 500 kilómetros de distancia.
“Sin duda alguna, la naturaleza nos está mandando avisos sobre las consecuencias de la crisis medioambiental y del impacto de las actividades humanas”.
Kevin Flannery, director de acuario
Analizan viaje de la morsa
En otra hipótesis, se planteó la posibilidad de que el mamífero, de aproximadamente dos metros de largo y colmillos de unos 30 centímetros, se desorientó mientras seguía a los barcos rusos y noruegos que navegaban en aguas del Atlántico Norte.
De cualquier forma, el experto recalcó que se trata de un “suceso preocupante porque, o bien se debe al cambio climático, o bien puede ser consecuencia de la sobreexplotación que sufren nuestros mares”.
Flannery manifestó que lo más adecuado es dejar que la morsa se recupere por sí misma.
“Lo mejor ahora es dejarla tranquila. No se debe intentar un rescate. La morsa, cuando pueda alimentarse de nuevo y recupere su fortaleza, emprenderá por sí misma el viaje de regreso a casa”, explicó el experto.