El Chelsea es el nuevo campeón del Mundial de Clubes. El trofeo que faltaba en las vitrinas de Stamford Bridge ya es una realidad tras ganar en la final de Emiratos Árabes Unidos al Palmeiras brasileño (2-1) con un penalti lanzado por Havertz y cometido por mano de Luan dentro del área.
Havertz ya anotó en la final de la Champions contra el Manchester City el gol del título y mantiene su papel protagonista en los duelos definitivos por los títulos: gol en la final de la Champions, asistencia en la Supercopa de Europa, gol en la final del Mundial de clubes.
Con esta final, que despide el formato actual del Mundial de Clubes, el Chelsea prolonga la hegemonía europea: todos los ganadores de la Champions han ganado el título desde 2013
El encuentro entre Chelsea y Palmeiras fue uno de esos partidos que podrían definirse como ‘final’, con todo lo que eso suele incluir: partido tosco, sin claras ocasiones, sin ritmo y con dos equipos más preocupados de no perder que de intentar morder. Es de justicia señalar que el Chelsea, campeón de la Champions, siempre intentó proponer más que el campeón de la Libertadores, pero tampoco llegaba con claridad a la meta defendida por Weverton.
Al Chelsea se le resistió el Mundial de Clubes en la otra ocasión que lo disputó, en 2012, y ante un brasileño, en aquella ocasión Corinthians. Ese miedo se vio durante todo el encuentro en los chicos dirigidos por Tuchel, que dio negativo horas antes del partido y voló desde Londres para estar en el banquillo del Mohamed bin Zayed de Abu Dabi junto a los suyos.
El primer contratiempo para los blues fue la lesión de Mount. El atacante inglés, que llegaba ‘tocado’ al torneo, fue suplente en semifinales disputando sólo los últimos 20 minuto. En la final, salió de inicio, pero sólo pudo aguantar 30 minutos sobre el césped, siendo sustituido por un Pulisic que fue de lo más destacado del conjunto londinense.
Tras una primera parte gris, sin apenas ocasiones y donde el Chelsea sólo avisó a Weverton por medio de lanzamientos lejanos, la segunda inició de cara para los de Stamford Bridge: Lukaku mandó a la red un centro por banda izquierda de Hudson-Odoi, uno de los más destacados y que intentó esa fórmula varias veces hasta que pudo conectar con el belga.
Lukaku, que ya marcó en semifinales, batió a Weverton aprovechando el fallo en el marcaje de Luan y se abrió un nuevo partido.
El Chelsea sufrió
El tanto de Lukaku espabiló al Chelsea ante un Palmeiras que se empequeñeció. A pesar de sus intentos por cerrar el encuentro, el tanto que llegó fue el de Raphael Veiga, de penalti cometido por Thiago Silva al frenar el balón con la mano dentro del área. Error infantil del central brasileño que permitió a Palmeiras igualar el marcador sin apenas haber propuesto nada.
Era el minuto 66 y el partido ‘murió’ ahí. Salvo alguna que otra intentona de Havertz y Pulisic, Palmeiras se encontraba cómodo atrás, sin probar siquiera a un inédito Mendy, titular en la final sobre Kepa, que cuajó un partidazo en semifinales.
Con el 1-1 se llegó a una prórroga que siguió el mismo guion hasta que Luan, de nuevo protagonista, paró con la mano un lanzamiento de Azpilicueta dentro del área. El penalti lo transformó Havertz para darle un nuevo título al Chelsea. El germano es el primer futbolista en marcar el tanto decisivo en la final de Champions y final de Mundial de clubes desde Messi en 2011.
El Chelsea es el nuevo campeón del mundo y despide el actual formato del Mundial de Clubes. El próximo, probablemente en 2023, ya tendrá el nuevo formato propuesto por Infantino y con 24 equipos participantes.
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