Ante la masacre en Santa María de Cementos, el arzobispo metropolitano de León, Alfonso Cortés Contreras, pide detener la espiral de la muerte, la violencia, esta enfermedad que nos está destruyendo como sociedad.

Ante el aumento de la violencia, hizo un llamado a “poner de pie la justicia porque hoy parece ser que estos hermanos que hacen el mal, están mejor que las pobres víctimas”.

El arzobispo exhortó también a no caer en la corrupción, porque no hemos hecho la tarea como debe ser en las instituciones sociales.

“Una situación social de pobreza, de injusticia, de violencia, tan profunda en México y tan generalizada, quiere decir que las instituciones no estamos bien”, enfatizó.

Luego de la celebración eucarística en Catedral, en la que se hizo oración por la paz en León, en el estado y país, con los medios de comunicación enfocó su mensaje a llamar a la sociedad y en especial a los católicos a la conversión, a detener la enfermedad de la violencia y espiral de la muerte que nos está destruyendo como sociedad.

AFECTA TODO

La destrucción indudablemente afecta a la economía, al desarrollo de las comunidades, de la escuela, de la cultura, de la salud, indicó el pastor católico.

Un ambiente de esta naturaleza, es un ambiente violento en el que no se traja en paz, no se tiene confianza de salir, no se tiene respeto por la vida, por la dignidad del ser humano, expresó.

Ante los ataques frecuentes y la violencia en ascenso, dijo que el llamado es el mismo, algo repetitivo, a que realmente paremos esa espiral de muerte, que no nos lleva a nada.

La violencia va en aumento, porque la violencia genera violencia, otros responden de la misma forma, entonces se hace una cultura de la violencia y cuando se hace una cultura en la conciencia y conocimiento del ser humano, ya es su forma de actuar, resaltó.

Porque la conciencia y el conocimiento, indicó, es lo que dirige a la persona, a decidir, por ejemplo: quiero terminar la prepa, quiero hacerle un bien a mi mamá, quiero festejar a mi amigo, o sea la relación del bien se finca en la conciencia y el conocimiento, es la que nos dirige a la relación respetuosa con el ser humano, con la creación, con Dios.

Cuando se rompe el conocimiento, el amor, la voluntad de hacer el bien, se rompe todo, enfatizó.

En las familias se ha roto la educación del ser humano, en la ética, en el amor, la justicia, en el respeto, en la dignidad humana, no todo está mal, pero sí estamos en un grave problema, aseguró.

No estamos bien, señala arzobispo

El arzobispo apuntó: No hemos hecho la tarea, como debe ser, no digo que no se trabaje, no digo que el gobierno no trabaje, pero lo que deberíamos hacer no lo hemos hecho como sociedad.

Lo que se debería hacer, es en primer lugar poner de pie la justicia, porque hoy parece ser que estos hermanos que hacen el mal, están mejor que las pobres víctimas, bueno, por lo menos, eso parece, precisó el arzobispo.

En segundo, lo que deberíamos hacer, es no corromperse, agregó.

Una situación social de pobreza, de injusticia, de violencia, tan profunda en México y tan generalizada, quiere decir que las instituciones no estamos bien, abundó el arzobispo.

En relación a ataques a sacerdotes en León, dijo que en los nueve años que lleva en la Arquidiócesis, solo han sucedido dos hechos, a uno al llegar a su casa lo golpearon, lo asaltaron, le quitaron sus cosas, y a otro también lo asaltaron, pero gracias a Dios no lo golpearon.

“Aquí en León, bendito sea Dios, no hemos tenido esa tristeza de que maten a un sacerdote, pero también tristeza es que maten como a cualquiera de estos hermanos de ayer”, dijo al referirse a la masacre en Santa María de Cementos.

El arzobispo dejó en claro que pese a violencia en colonias “los sacerdotes permanecen en sus parroquias, nadie se ha movido, las religiosas permanecen en sus trabajos en las colonias, un servidor, voy a las comunidades, procuro ya no venirme noche por prudencia, nosotros seguimos con nuestro trabajo”.

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