Comer pescado es un lujo en Cuaresma

Comer pescado es cada vez más difícil desde un punto de vista económico.

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La Cuaresma ha llegado a León, pero entre la inflación, la crisis, los efectos colaterales que dejó el coronavirus desde 2020 y los apretados bolsillos, comer pescado es cada vez más difícil desde un punto de vista económico.

En el Mercado Aldama y en el Descargue Estrella comenzaron desde temprano filas de personas que aguardaron su turno para adquirir pescado, la mayoría son mujeres que tienen años preservando la tradición de no comer carne en los próximos días. Una de las muchas amas de casa que espera su turno es Romina Gutiérrez, de 32 años de edad. Como muchas personas, considera que todo está muy caro y comprará pescado, mariscos, pulpo y otros platillos “a cuentagotas”.

Por otro lado, los comerciantes del área de pescados y mariscos ofrecen sus productos a buen precio (por ejemplo, un coctel normal a 130 pesos de tamaño mediano, o bien, uno grande de Clamato a 160), pero también están conscientes de la complicada situación de millones de mexicanas y mexicanos. Jorge Lara, de mariscos ‘Viña del Mar’ está consciente de la situación, pues tiene 20 años ofreciendo su producto:
“Tenemos precios razonables, pero la gente decide entre tradición y economía. Lo cierto es que todo está muy caro hoy en día”.

No alcanza para pescado

Diana Esther N. es madre de familia y, este año, está consciente de la crisis económica y la situación del país, por eso optará por consumir atún. “Es lo más barato”, sentencia.
De acuerdo con la tradición católica, no se acostumbra consumir carnes rojas y blancas los 6 viernes de Cuaresma (igualmente el Viernes Santo) y el Miércoles de Ceniza. Conviene recordar que con el paso de los años esta ‘prohibición’ se ha modificado, sin embargo, la tradición como tal persiste.

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