Daña Ferromex edificio histórico de la estación del tren en Celaya

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Al mediodía del 6 de mayo, la falta de experiencia y preparación de garroteros y maquinistas, provocaron el descarrilamiento de dos vagones en el patio de maniobras de la estación del tren en Celaya, de los cuales uno se ladeó y cayó sobre una parte del muro norte del edificio. Mientras que el otro fue jalado por la máquina mientras “rasgaba” el resto del mismo muro en una maniobra que terminó por dañar la estructura del lugar.

El edificio fue construido en 1878 como parte de las primeras líneas del ferrocarril en el centro de México y en todo el país, el cual corría en ese entonces desde Celaya a León con un ramal a la ciudad de Guanajuato. Pocos años después se incorporó la línea que venía desde la Ciudad de México a su paso por Querétaro, para llegar al final hasta Ciudad Juárez, Chihuahua.

“Fue una imprudencia lo que hicieron. No debieron haber jalado la góndola que también se descarriló, porque eso terminó de dañar gran parte de la estructura del edificio. Lo que nos dice Ferromex es que fue la impericia de su gente porque no siguieron el protocolo para este tipo de accidentes”, mencionó el director de Desarrollo Urbano en el municipio de Celaya, Gustavo Baez.

“Debieron haber parado cualquier maniobra en ese momento, avisar a sus superiores para solicitar la cuadrilla encargada de recuperar los vagones hacia las vías y no arrastrarlos como lo hicieron. El problema es que tampoco les avisaron a sus superiores, porque al parecer querían liberar el paso de la vía para que continuara el tránsito de los trenes por esa zona”, dijo el funcionario.

El edificio presenta daños en por lo menos 15 zonas de la estructura. Los más graves son la falta de soportes que cayeron con el muro afectado, y que detenían a su vez unas vigas que se encargan de sostener una parte del techo del edificio. Por lo que se generó el diagnóstico de un posible colapso si no se apuntalaba la zona de manera inmediata.

También hubo daño en mampostería, marcos de puertas y ventanas, herrajes, y el derrumbe de una parte de la fachada poniente del edificio.

Ferromex aceptó la responsabilidad por los daños ocasionados al edificio histórico de la Estación del Tren en Celaya. El 30 de junio presentarían un plan de trabajo para la reparación y restauración del edificio, en coordinación con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el cual tiene clasificado al inmueble como parte del acervo histórico de la dependencia.

Daños a la estación de tren de Celaya.

“El 30 de junio presentarían el plan de trabajo pero solicitaron una prórroga para el 15 de julio y éste nos acaba de llegar apenas este lunes (20 de julio). Nos informan que van a hacer llegar el plan de trabajo en partes debido a la complejidad de las obras que van a realizar. Nosotros sólo vamos a estar al pendiente, no vamos a invertir recursos públicos porque la responsabilidad total la asumió la empresa que generó el daño”.

“En esta primera parte del plan de trabajo mencionan las primeras acciones que van a realizar, que será el reforzar algunas áreas que se dañaron, esperamos que en unos días nos den a conocer el resto del calendario de actividades que yo creo no será más allá de 3 ó 5 meses para hacer las reparaciones”.

Por el edificio de la antigua estación del tren en Celaya han pasado diversos personajes de la historia de México, como Francisco I. Madero que en 1911 visitó dos veces el municipio como parte de su campaña por la presidencia de la República tras proclamar el Plan de San Luis y la renuncia de Porfirio Díaz. 

En 1915 el general Álvaro Obregón desembarcó en este sitio junto con sus tropas del ejército constitucionalista para enfrentarse a Francisco Villa en lo que serían las decisivas “Batallas de Celaya” que marcaron el rumbo de la Revolución Mexicana; y en 1917 nuevamente el general Álvaro Obregón con el presidente Venustiano Carranza.

Diez años después en 1927, en este edificio también desembarcó el elenco de la carpa “Ofelia”, que se presentó en ese entonces en Celaya. 

Entre los artistas poco conocidos que se presentaron, venía un joven delgado de nombre Mario Alfonso Moreno Reyes y que en esa ocasión adoptó el nombre de “Cantinflas”, cuando en las inmediaciones del templo de San Agustín, en la zona centro, pidió una gordita y un atole de cajeta a una señora que le bautizó con ese nombre, según el celayense periodista de espectáculos de Excélsior, Ricardo Perete.

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