Ante la pérdida de fuentes de empleo durante la pandemia, gran cantidad de personas se convirtieron en franeleros en las cercanías de comercios, taquerías, tianguis, plazas, donde pudieron autoemplearse en acomodar y cuidad coches en espacios en las calles de León, Guanajuato.

“Las personas tienen derecho a tener un trabajo digno que les permita el desarrollo personal y de su familia, pero al no haber oportunidades de empleo formal, buscan algo de ingreso económico en la calle como cuidadores de autos, lava coches, o de ‘viene-viene’”, dijo el líder de la CROC, Antonio Hernández Navarro.

Dijo que las autoridades competentes se deben de interesar en regular de alguna manera a este tipo de trabajadores con alguna credencial de identificación, de reordenarlos para que no haya anarquía en las calles, no surjan problemas de conflictos entre ellos o con los dueños de autos y se garantice seguridad pública en los lugares donde operan los franeleros.

Cada día surgen más “franeleros”, autolavados de carros en las calles, en las áreas comunes, en las cercanías de mercados, plazas, comercios, tianguis, taquerías, restaurantes y fondas, por donde quiera ante la necesidad de trabajo para ganarse “el pan de cada día”, forman parte de la economía subterránea.

“Sucede que hasta se forman grupos de franeleros, unos para cuidar los carros, otros para lavarlos, o también lo hacen al mismo tiempo, otros para acomodarlos o hacer la señal con sus franelas rojas a los automovilistas que buscan un lugar dónde estacionarse y prefieren darles una propina para que no les pase nada a sus autos”, comentó.

En este caso, las autoridades de tránsito, seguridad y comercio tienen un reto que afrontar, una tarea que hacer, para ordenar o regular este tipo de actividades que realizan los autoempleados franeleros o ‘viene-viene’ como popularmente se les llame”, consideró Hernández Navarro.

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