El obispo Rolando Álvarez se ha convertido en un símbolo de resistencia del régimen de Daniel Ortega en Nicaragua y eso le ha costado su libertad y nacionalidad.
Fueron 200 nicaragüenses los que fueron exiliados de su patria por estar en contra o no comulgar con las ideas de Daniel Ortega; en un avión de Estados Unidos tuvieron que abandonar el país para no terminar encarcelados.
Sin embargo, uno de ellos prefirió la cárcel antes que irse de su país, el obispo Rolando Álvarez ha recibido una dura condena por parte de las autoridades judiciales del país centroamericano.
Lo acusan de “traición a la patria”, “menoscabo de la integridad nacional” , “propagar noticias falsas”, organizar grupos violentos, incitar al odio, desestabilizar al Estado y atacar a las autoridades constitucionales.
Daniel Ortega acusa al obispo Álvarez de soberbia por no abandonar el país y confirmó el trasladado a la cárcel La Modelo, en una decisión represiva “por no acatar lo que manda la ley”.
Personas exiliadas comentan que el obispo es una de las voces más poderosas contra el régimen de Ortega y es por ello que el gobierno se ha ensañado con él.
Cuando la policía entró a la parroquia a llevarse al obispo, esté comentó: “Que sean libres, yo pago la condena de ellos” en referencia a los presos políticos que dejaron Nicaragua.