El presidente te México, Andrés Manuel López Obrador ha perdido su seguridad y su serenidad, su ánimo está trastornado y se enoja con facilidad. La renuncia de Jaime Cárdenas Gracia como director del Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado (INDEP) fue un golpe bajo para AMLO, porque aquel quien fuera su incondicional, se atrevió a hablar de corrupción y malos manejos en la 4T y, posteriormente, en una entrevista con Reforma, señaló que el origen de todos sus disgustos era el secretario particular del presidente: Alejandro Esquer Verdugo.
AMLO no se quedó callado. El jueves inició la tradicional mañanera tratando de descalificar y socavar la renuncia de Cárdenas. También aprovechó para quejarse de la normatividad que impera en los organismos de gobierno y su intención de desaparecerla. Esto lo publica el periodista Raymundo Riva Palacio, en su columna Estrictamente Personal.
La lucha contra la corrupción no es un tema nuevo en el país. Incluso, la “Renovación Moral” fue impulsada en su momento por Samuel del Villar -procurador general de Justicia del Distrito Federal, cuando López Obrador fue el Jefe de Gobierno- para terminar con esta práctica desde las esferas más altas hasta las más bajas en el gobierno. Es esta normatividad que repudia AMLO, la misma que defendió Cárdenas y que lo llevó a su renuncia antes que se cómplice de Alejandro Esquer Verdugo. Claro que el presidente jamás imaginó que Cárdenas revelaría parte de la corrupción que hay en su gobierno.
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AMLO, quien se dice paladín de la justicia y enemigo de la corrupción a ultranza, convive a diario con ella, en su despacho, en su casa, en su oficina. Su secretario particular es señalado de solapar actos de ilícitos, a quienes les permitió robar el patrimonio de la nación y hacer negocios personales.
Pero lo que pasa con Esquer Verdugo es digno de analizar. Este gobierno de la 4T, que dijo que no toleraría el nepotismo, simplemente hizo mutis cuando la hija del secretario particular de AMLO, Carmelita, fue nombrada directora de Pemex Procurement International, que adquiere insumos para la compañía por 500 millones de pesos al año.
Esquer Verdugo y el director de la Lotería Nacional, Ernesto Prieto, quien ocupará la plaza de Cárdenas Gracia como director del INDEP, visitaron un almacén en Toluca donde depositaban objetos que ya habían sido subastados y se los llevaban sin realizar los registros obligatorios de ley, incluso le quitaron a la Marina un yate que tenían a su resguardo en Acapulco, argumentaron que lo venderían y no fue así, según lo publica Eje Central.
AMLO defiende a su Verdugo
Pero AMLO defiende a su verdugo, a Esquer Verdugo, alabando su trabajo en las subastas, por la compra de equipo médico… Pero las pruebas son contundentes y cada vez más el cerco de la corrupción acorrala al presidente, sin que éste tome acciones congruentes a lo que ha profesado de “cero tolerancia a la corrupción”.
Claro que las acciones de sus funcionarios desquiciaron a López Obrador, quien a 22 meses de asumir la presidencia de México le tiene que dar la cara a estos señalamientos de corrupción en su círculo más cercano. No se puede tapar el sol con un dedo o con una mañanera diaria. Eso es lo que aún no entiende AMLO, quien hasta ahora ha solapado las acciones de todos los miembros de su gabinete, excepto de aquellos que no compaginan con este comportamiento delictivo y prefieren hacerse a un lado, que ser partícipes del mismo.